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Religio Romana
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Introducción IntroducciónEn el momento de la fundación de Roma, los dioses eran numina, manifestaciones divinas, sin rostro y forma, pero no por ello menos poderosas. La idea de dioses con forma antropomorfa surgió con posterioridad a consecuencia de la influencia de etruscos y griegos, cuyas deidades tenían forma humana. Algunos de los dioses romanos son al menos tan viejos como la fundación de Roma. El concepto de numen continuó existiendo, estando relacionado con cualquier manifestadicón de lo divino. Para los romanos, todo en la naturaleza contenía numina, lo cual explica el gran número de divinidades del panteón romano, como se verá. Los Numina manifiestan lo divino que tiene todo fenómeno natural, que los piadosos romanos trataban de interpretar constantemente. Esto explica la gran atención que prestaban a los portentos que ocurrían en cualquier aspecto de su vida diaria. Un grupo de doce dioses llamados Dii Consentes fueron especialmente honrados por los romanos:
Estos son los dioses citados por el poeta Ennius hacia el siglo III a.C. Sus estatuas estaban en el Foro y más tarde posiblemente en el Porticus Deorum Consentium. Como había seis hombres y seis mujeres, pudieron ser también los doce dioses a los que se rindió culto en el lectisternium del 217 a.C. Un lectisternium es un banquete de los dioses. En él las estatuas de los dioses son ubicadas sobre cojines y se les ofrecía diversos alimentos. El número 12 fue importado de los etruscos, quienes posiblemente rendían culto a un panteón de 12 dioses. No obstante, los Dii Consentes no se han identificado con deidades etruscas, sino más bien con los dioses olímpicos griegos (aunque el carácter original de los dioses romanos era diferente del de los griegos, pues no tenían mitos asociados). Los doce Dii Consentes son dirigidos por los tres primeros, que constituyen la tríada capitolina. Éstos son las tres piedras fundamentales de la religión romana, cuyos ritos se realizaban en el Capitoleum Vetus, que se ubicaba en la colina Capitolina. Sin embargo, lo que mejor caracterizaba a la religión romana tradicional es el culto familiar que recibían los Dii Familiaris. En este culto, el Lar Familiaris (espíritu guardian - Genio - de la familia), los Lares Loci (espíritus guardianes del lugar donde la casa estaba construida), el Genius del paterfamilias (cabeza de familia), los Dii Penates (dioses patronos de la despensa), los Dii Manes (espíritus de los muertos) y cantidad de otras deidades domésticas, recibían culto de los miembros de la familia. El culto doméstico era tan importante que sirvión en ocasiones como modelo para diversas prácticas del culto estatal (por ejemplo existían el Lar Praestites, Penates Publici, etc.. Incluso durante el imperio, el culto al emperador estaba basado en el culto doméstico, ahora reinterpretado como el culto al be based on the household cult, now interpreted as the cult of the Genio del emperador, paterfamilias de la familia de todos los romanos). Otros dioses importantes son: Hay también un grupo de misteriosas deidades formado por diferentes dioses nativos de carácter tutelar, dioses de ríos o héres deificados del Latium, que son llamados de forma colectiva Dii Indigites (por ejemplo, el deificadoAeneas, Faunus, Sol Indiges, Iuppiter Indiges, Numicus). A otra multitud de dioses se les rinde tradicionalmente culto. Esta incluye a dioses tutelares (por ejemplo Roma, Tiberinus), dioses latinos nativos (por ejemplo Bellus, Bellona, Liber, Libera), deidades abstractas como la Fortuna, Concordia, Pax (Paz), Iustitia (Justicia), etc.. También existen deidades itálicas pre-romanas adoptadas de los sabinos y etruscos: Nerio (deidad sabina y el consorte de Mars), Dius Fidius (también sabina), etc. De hecho, Quirinus y Vertumnus posiblemente fueron adoptados de los sabinos y etruscos respectivamente. Los Dii Inferi, dioses del ultramundo (Inferus) son Dis/Orcus y Proserpina, igualada a los dioses griegos Hades/Plutón (Pluto en Latin) y Perséfone. Estos dioses simbolizan el poder creativo de la tierra, que provee al hombre de alimentos para su subsistencia (Dis = riqueza = Plouton en griego). Inferus es considerado tradicionalmente como la casa de los espíritus de la muerte, aunque el concepto de la vida después de la muerte era bastante variado. El espíritu piadoso de los romanos consiste en un constante deseo de traer el favor divino sobre él, su familia y el estado. Por ello, el romano está, por naturaleza, deseoso de prestar el merecido homenaje y de sacrificar a las deidades extranjeras, especialmente si él está en su tierra. Para lograr la victoria en la guerra, los romanos pidieron a menudo el favor de los Dioses de sus enemigos, pagándolos con sacrificios mayores que aquéllos que les ofrecían sus oferentes nativos. Este espíritu, formado por la afluencia de extranjeros resultante del comercio o las conquista, trajo nuevos cultos a Roma. Éstos fueron adoptados permitiéndo a sus sacerdotes establecer templos en Roma. Entre los dioses extranjeros, los Dii Novensiles, sonApolo, Ceres (que fueron adoptados tan pronto como se les permitió formar parte de los Dii Consentes), Bacchus/Dionysus, Sol Invictus Elagabalus, Isis, Serapis, Cibeles, Attis, Mithra y muchos otros. |
